El pasado miércoles 30 de octubre, Jesús, de 66 años, fallecía ahogado en un pozo, en un desgraciado accidente, cuando pastoreaba cerca de el pueblo burebano de las Vesgas. Natural de Pampliega, llevaba unos cuantos años residiendo en Briviesca y trabajando, de pastor, el oficio de toda su vida. No voy a caer en tópicos de decir qué era buena persona, pero a las distancias cortas era sociable y me llamaba la atención qué casi siempre tenía una sonrisa en la boca, este afable y gran vividor. El día anterior había disfrutado de la victoria del equipo de sus amores, el Barcelona; y personalmente le ví por última vez el sabado 19 de octubre, donde me hizo un último y pequeño favor; hablamos de cosas banales, y nos despedimos, sin saber qué para mí Jesús entraba ya en el camino de la eternidad. Jesús, recuerdos, allá donde estés.
No hay comentarios:
Publicar un comentario